martes, 17 de abril de 2018

Mi tesoro



Hola, holita!!!


Solamente entro a saludar y a presentaros 

a mi preciosidad de nieta, que nació hace un mes escaso.


Estoy encantada de la vida...






miércoles, 23 de agosto de 2017

Mi tesssoroooo…



No, no soy Gollum, tranquilito tol mundo.

Simplemente, he escuchado una frase que me ha gustado, y la traigo para hacer una reflexión.

El tiempo pertenece a aquel
que sabe utilizarlo.
Leonardo Da Vinci

Que conste que soy una persona extremadamente consciente del paso del tiempo, de verdad. Fue "por culpa" de la Hermana Concepció, monja carmelita de mi colegio, a la que me hubiera gustado visitar de adulta para contarle la de veces que he pensado en ella durante toda mi vida. Creo que murió hace unos meses, aunque no estoy absolutamente segura.

En septiembre de 1976 yo tenía diez años recién cumplidos. Empezaba el curso, 5º de EGB. La Hna. Concepció, mujer de voz fina y piel blancuzca, de carácter suave y mirada limpia, tenía fama de ser una profesora dura y exigente, a pesar de su aspecto debilucho. Nadie se atrevía a contestarle mal, a desobedecerla o a mantenerle la mirada cuando hacía algún comentario desfavorable a nuestro comportamiento (nada que ver con otras monjas a las que tomábamos por el pito del sereno).

El primer día del curso, la Hna. Concepció nos hizo pensar en el paso del tiempo. "Hace poco acabó el curso, ha pasado el verano y ya estamos aquí de nuevo". Casi tres meses de vacaciones habían pasado volando, tenía razón. "Tal vez no os hayais dado cuenta hasta ahora, porque sois niñas y no pensais en estas cosas, pero fijaos bien, estamos en septiembre, de aquí cuatro días habréis terminado quinto de básica, estaremos en junio y volveréis a estar de vacaciones. A partir de ahora, el tiempo os pasará más deprisa, porque os haceis mayores".

¡La madre que... !!!   caramba con la monja, desde ese día fui tan consciente del paso del tiempo, que a veces me da vértigo. Porque ¿hacia dónde nos lleva esto? pues eso.


Hna. Concepció Vallès, años 70
es una foto de una foto, por eso está tan requetemal...



La palabra apreciar significa darle precio a una cosa. Como decía Serrat, no hay que confundir valor y precio, aunque si hablamos de nuestro tiempo tengan un significado muy similar. En este caso sí es lo mismo apreciar, valorar (dar precio, dar valor).

Nuestro tiempo es uno de los bienes más valiosos que tenemos. Un bien escaso, imposible de recuperar, de parar, de adelantar. Y frecuentemente lo malgastamos inconscientemente, tanto con tonterías que no nos aportan nada como con malos rollos, peleas o preocupaciones. 



No podemos ganar tiempo, pero sí organizarlo para que dé más de sí. Y si el poco que tenemos lo gestionamos adecuadamente, seguro que sale a cuenta. No digo que nos organicemos para hacer muuuuchas más cosas al día, más bien digo que podríamos disponer de un buen rato para nosotros mismos, para disfrutar sin prisas de las cosas, para lo importante, para mirar a nuestro alrededor y apreciar lo que tenemos.


Todos tenemos exactamente la misma cantidad de minutos al día. Si supieras que vas a morir en un mes, ¿seguirías buscando Pokemons*?



*  Quien dice “buscar Pokémons” dice jugar a Candy Crush, ver un programa basura, discutir con la pareja por chorradas, preocuparnos por cosas que no están en nuestra mano… hay muchas formas de perder el tiempo irremediablemente.

Total, que hoy cumplo cincuenta y un años.
¡Hermana Concepció!!!! ¡socorro!!!






jueves, 29 de junio de 2017

Reto 5 líneas junio


Este mes he vuelto a participar en el reto de Adella Brac.  
Tarde, eso sí. Ya mismo toca el siguiente...


Aquí está mi colaboración de junio, con las palabras tumbó, malestar y señaló.



Eva se tumbó sobre su lecho, aquel malestar no pasaba, a pesar de los cuidados y medicinas de Juan. Qué constante, cada cuatro horas le llevaba una taza de infusión con las gotas disueltas y cariñosamente le aguantaba la cabeza hasta el último trago. Qué bueno era, miró desde la cama su fotografía en el estante, sonriente. Al lado, un frasco extraño. Con su último aliento lo señaló. Juan tragó saliva, casi lo pillan.










martes, 16 de mayo de 2017

Menosprecio cariñoso




Los profesionales lo llaman lenguaje para la tercera edad. Es esa forma de hablar que utiliza la gente para dirigirse a las personas mayores: esa condescendencia cuando van a comprar un ordenador, dando por hecho que no tienen ni idea de nada, ese hablarles lentamente o a gritos, esa forma de ningunearlos cuando el médico se dirige a sus hijos y no a ellos, siendo SU salud el tema de conversación.

Estas pequeñeces que para los jóvenes no tienen importancia, parece ser que sí la tienen. Los mayores se sienten un poco humillados, y ven el envejecimiento con ideas aún más negativas de lo que se suele ver (que no es poco).
Un estudio realizado en EEUU ha revelado que las personas que ven la vejez de forma positiva viven 7’5 años más que los que la ven en negativo.

En las residencias se ha observado que la forma de hablar de los cuidadores influye directamente en el estado de ánimo de los mayores.
Que una enfermera diga “buena chica” a una paciente de ochenta años, o que pregunte con voz de falsete “¿cómo estamos esta mañanaaa?” tiene un efecto rebote en el anciano, que le hace sentir más agresivo y menos cooperador. 


Los jóvenes piensan erróneamente que usar diminutivos o palabras como “cariño” implica que se preocupan por los pacientes, pero en realidad el lenguaje para la tercera edad insinúa que son personas incapaces, frágiles y dependientes. Esta sutileza les hace sentir inseguros, pierden parte del amor propio y pueden encerrarse en sí mismos.

A pesar de toda la buena fe con la que los cuidadores se dirigen a ellos, a veces resultan un poco denigrantes sin querer.

Hay gente a quien le gusta que le llamen “cielo” o cosas cariñosas, no todos los ancianos se sienten ofendidos. Algunas personas son más susceptibles que otras. Supongo que hay una fina línea entre querer conectar de forma positiva con alguien y mostrarse un poco condescendiente.

Debemos recordar que la dignidad es esencial en el trato con los demás, pero en el caso de los mayores, cobra una importancia que a veces nos cuesta ver.



Tomaron café...


Contadores de visitas

Aviso:

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